sábado, 30 de mayo de 2009
Despedida de solteros
¿Qué decir de la despedida de solteros? ¡¡Pues que nos lo pasamos genial!! Fue todo cómo siempre habíamos querido: sin boys, conjunta y con nuestros amigos y familiares.
Nosotros no sabíamos nada de dónde sería y qué era lo que nos estaba esperando. El sitio elegido por las organizadoras Miriam, Charo y Flor fue el restaurante Mamma Mia que se dedican a despedidas.
Nada más entrar y acoplarnos en las mesas, nos metieron en los baños para ponernos nuestro disfraz. Que nos iban a disfrazar era lo único que sabíamos, pero de qué era un misterio. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que los disfraces eran de vaca y de toro. Afortunadamente eran disfraces bastante fresquitos, no como el de otro novio que había en el restaurante que llevaba uno de elefante que parecía dar mucho calor. Todo el acompañamiento iba a juego: con camisetas blancas y un pañuelo rojo, como si de los San Fermínes se tratase. En el pañuelo estaban nuestros nombres:
La cena transcurrió entre risas, dran queens y karaoke. Y es que el local tenía un pequeño escenario al que subían los novios a cantar de la mano de alguna de las drag queens que amenizaban la noche. Gus y yo subimos juntos a cantar Bulería, bulería, que resultó ser mucho más complicado de lo que pensábamos. También subieron al escenario mis tíos Pedro y Matilde a cantar una de Pimpinela. Al finalizar la cena, se hacía una votación para ver quiénes habían sido los mejores, que no fuimos ninguno del grupo...
Al terminar de cenar, nos dirigimos a una discoteca cercana para seguir la fiesta. Durante el camino, que lo hicimos andando, no paramos de cantar lo de "uno de enero, dos de febrero, tres de marzo...". En el local, estaba la misma gente con la que habíamos coincidido en el restaurante. Con la cena, estaba incluida la entrada al local y una copa, pero aún así, Gustavo se puso a invitar a varias rondas de copas... No quería que la gente pasara sed ;-) Al fin de la noche, sobraron muuuuchos tickets de copas...
En definitiva, ¡¡¡lo pasamos muy bien!!! ¡Muchas gracias!
Nosotros no sabíamos nada de dónde sería y qué era lo que nos estaba esperando. El sitio elegido por las organizadoras Miriam, Charo y Flor fue el restaurante Mamma Mia que se dedican a despedidas.
Nada más entrar y acoplarnos en las mesas, nos metieron en los baños para ponernos nuestro disfraz. Que nos iban a disfrazar era lo único que sabíamos, pero de qué era un misterio. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que los disfraces eran de vaca y de toro. Afortunadamente eran disfraces bastante fresquitos, no como el de otro novio que había en el restaurante que llevaba uno de elefante que parecía dar mucho calor. Todo el acompañamiento iba a juego: con camisetas blancas y un pañuelo rojo, como si de los San Fermínes se tratase. En el pañuelo estaban nuestros nombres:
La cena transcurrió entre risas, dran queens y karaoke. Y es que el local tenía un pequeño escenario al que subían los novios a cantar de la mano de alguna de las drag queens que amenizaban la noche. Gus y yo subimos juntos a cantar Bulería, bulería, que resultó ser mucho más complicado de lo que pensábamos. También subieron al escenario mis tíos Pedro y Matilde a cantar una de Pimpinela. Al finalizar la cena, se hacía una votación para ver quiénes habían sido los mejores, que no fuimos ninguno del grupo...
Al terminar de cenar, nos dirigimos a una discoteca cercana para seguir la fiesta. Durante el camino, que lo hicimos andando, no paramos de cantar lo de "uno de enero, dos de febrero, tres de marzo...". En el local, estaba la misma gente con la que habíamos coincidido en el restaurante. Con la cena, estaba incluida la entrada al local y una copa, pero aún así, Gustavo se puso a invitar a varias rondas de copas... No quería que la gente pasara sed ;-) Al fin de la noche, sobraron muuuuchos tickets de copas...
En definitiva, ¡¡¡lo pasamos muy bien!!! ¡Muchas gracias!